lunes, 19 de enero de 2015

Reflexiones para una pedagogía de la Emancipación.

Reflexiones sobre una pedagogía para la emancipación.
…de las prácticas educativas sólidas a una construcción en contexto con la dinámica que los fluidos nos ofrecen.

En el inicio- la materia,
luego los principios,
las ideas transformadas
en ideales.

Carlos A. Grande[1]
La concepción de pensar a la naturaleza de las ciencias en contexto es el tema que lleva más de dos décadas haciéndonos reflexionar y buscar estrategias que den significatividad a nuestra tarea docente.
Aquí expresaré muy brevemente qué elementos componen esta nueva pedagogía de emancipación, cuyo término no es nuevo, pero que al decir de Bauman sobre la modernidad líquida, nosotros también transitamos una pedagogía líquida o de fluidos, por el tiempo en que vivimos, pero debemos como hombres y mujeres de ciencia que somos atrevernos a rever este concepto y pararnos sobre algunos sólidos para comprender cómo fluyen las prácticas sociales y culturales que forma ciudadanos y con ellos naciones-ciudades-pueblos- comunidades- formas de hacer y de pensar.
La ciencia con sentido de pertenencia en un contexto social no hace ingenua su existencia y con ello cómo nos posicionamos ante la vida. Es en este sentido que el desarrollo de las ciencias – la tecnología debe ser un elemento fundamental del buen vivir del hombre y la mujer que habitan el planeta.
Por ello decimos desde nuestra comunidad “el Grupo RELiPE”:
La sociedad en la que vivimos pone al conocimiento como el principal elemento para el desarrollo, pero por otra parte las conquistas del desarrollo científico tecnológico no reflejan, no mejoran la calidad de vida de los individuos que conforman la sociedad. No hay evidencias del buen vivir de las personas, ya que de ese binomio que podemos leer en un sentido lineal, el que está dado por la ciencia y la tecnología ha puesto el eje en sacralizar la propiedad por sobre los bienes naturales de la sociedad, este problema ético es el que interpela nuestra pedagogía, en un mundo de pocas certezas, por ello que hablar de pedagogía de fluidos o diremos líquida, no implica creer que todo es incertidumbre, todo lo contrario, el problema ético, el problema que construye una nueva moral, de formar en y con valores en una sociedad que está al borde o a los bordes de una posible catástrofe civilizatoria, miremos un poco el mundo y sus problemáticas ambientales y climáticas, de enfermedades experimentales, las industrias químicas, entonces, tomar conciencia, que ciencia-sociedad-tecnología-medio ambiente; son elementos de una misma problemática que nos constituye como ciudadanos comprometidos con el mundo que vivimos.
Una pedagogía para la emancipación, recupera los valores más nobles y puros de las ideas que construyen sociedades justas y solidarias. Esa capacidad de los líquidos de derramar o formar parte de ese recipiente que lo contiene es lo que me permite decir, que este nuevo envase, ésta nueva forma social debe resignificar sus acuerdos, sus conceptos. Las ideas que conforman y forman ciudadanos libres y comprometidos, las ideas que permiten transformar nuestro entorno, no como mecanismos de acumulación irracional sino para garantizar una mejor calidad de vida para todos, planificando el futuro y distribuyendo racionalmente los recursos que tomamos de la naturaleza y transformamos con el trabajo de todos.
Debemos pues reformular la idea de un hombre que gerencie los recursos, el hombre gerente y dominante de la naturaleza que a su vez se transforma en un dominante en otros sentidos, ya no solo de la naturaleza, domina procesos y modos de producir, personas, anclando su poder en el egoísmo y el consumo, desvalorizando las cualidades humanas y subsumiendo todo a una relación de poder y dominación.
La posibilidad de nuevos desarrollos científicos que permiten explorar y conocer la naturaleza sin dañarla es el norte de una nueva ética con responsabilidad que hay que construir. América Latina tiene la obligación no solo de ser el lugar donde resignificar estas tareas sino también de ser la voz y el lenguaje que constituya los nuevos modos de hacer la vida en libertad.
Es aquí donde nosotros y las instituciones que forman modos de pensar y de ser debemos jugar un papel fundamental, junto con los medios de comunicación masivo, lo importante no es pues saber ciencia en la escuela, en los espacios de formación sino saber sobre ciencia, eso es lo que nos construye como ciudadanos, conocer sus aspectos culturales, epistemológicos, éticos sus relaciones con la tecnología, sus modos de producción y la repercusión social que esto genera.
Por dónde empezar con esta nueva pedagogía.
Podría decir que el primer cambio que debemos hacer es no subordinar la enseñanza a la tradicional forma enciclopedista, intelectualista, y de los sabios del conocimiento científico, lugar de y para unos pocos.
Debemos contextualizar el conocimiento, este se da en un lugar, en un tiempo, con sus complejidades, trascender los límites del aula, la escuela; hay una vida por fuera de ese perímetro que ingresa en nuestras instituciones, pero que las personas que las habitamos no nos animamos a salir a ese encuentro y descubrir una sociedad con todas sus contradicciones, con las pocas certezas y un mundo por debatir y descubrir. ¿No es ese el sentido primario de la ciencia? Creo que sí, solo hay que animarse a experimentar, probar o errar como decía Simón Rodríguez y como es el espíritu de los que hacemos ciencia; probar, errar y volver a probar. Nada sale bien en el primer intento.
Lo importante de nuestro enfoque y que debe estar en la formación inicial de nuestros maestros y profesores, es que un estudiante, un joven, cuando salga de su escuela secundaria, la obligatoria, por la que todos deben pasar, tenga una manera científica de pensar independientemente de la modalidad elegida y de la profesión que quiere ejercer, o de los estudios universitarios de su continua formación académica.
Jóvenes formados para este nuevo siglo, implica que tengan las categorías de pensamiento y las posibles consecuencias sociopolíticas que implican determinadas decisiones.
Jóvenes capaces de afrontar el mundo del trabajo y estos comprometidos con la racionalidad que implica construir una forma de vida en la que todos estemos incluidos, en un mundo en transformación permanente.
Dar o cargar de significado a la ciencia y a la tecnología, más allá de acotarla a los problemas internos de las disciplinas científicas, se transforma en una problemática social. El uso que hacemos a diario de estos conceptos y que nuestra sociedad hace que se hable de ciencia y sea este lenguaje el que legitime formas de entender el mundo y consumir sus productos. En la forma en que los políticos construyen sus discursos, en la salud y en otros sectores de los que conocemos como la sociedad civil.
Al legitimar como lenguaje de poder al lenguaje de la ciencia, hace que ya no miremos el cielo buscando respuestas místicas a los problemas de la Tierra; sino buscar argumentos y evidencias que demuestren y expliquen, tan solo a veces para poder seguir preguntándonos.
La dialéctica que marca el camino del saber científico, el conocimiento a enseñar en las escuelas, y la construcción de un ciudadano comprometido deviene en la conjunción de algunos elementos.
Si partimos de la base que somos el legado de la historia que otros hicieron antes que nosotros; es decir que somos sujetos históricos y como tal transitamos la historia natural de una sociedad en transformación, esto implica que no podemos dejar fuera de nuestros contextos a la economía, la política y la cultura de nuestra sociedad.
Ciencia & Sociedad van de la mano; y la ciencia como un gran motor, transformador de la sociedad. Para nosotros que conformamos esta pedagogía que hereda a los CTS, creemos que ciencia y valores humanos van juntas, ese binomio es el motor revolucionario de una sociedad mejor.
La ciencia como el conjunto de las relaciones sociales transforma este saber ya no solo en un saber científico, sino en un saber social.
Esto nos interpela e implica que nosotros tomemos una postura con respecto a la ciencia, adoptar esta posición que en principio puede estar lejos de un positivismo determinista de otros tiempos, o de estos según la postura ideológica de quien la interprete y la transmita; nos aventuramos a una construcción rizomática y compleja, que toma lo mejor de las categorías hegelianas y newtonianas del movimiento, que nos ubica en situación de conflicto todo el tiempo, que nos interpela en el saber y el hacer.
Nuestro lugar en la ciencia, está ahí, en la dinámica de un universo relativo de las múltiples conexiones que la ciencia tiene en la sociedad y no en el placer de unos pocos hombres libres que satisfacen necesidades espirituales. Entonces pensamos en la ciencia como  un medio de respuesta a la industria, a la producción, transformando esos procesos productivos y tomándola no como punto de llegada a un saber, sino como punto de partida para revolucionar las prácticas sociales y en consecuencia las prácticas educativas.
La ciencia entonces ya no puede ser más vista como un sistema de conceptos, proposiciones, teorías, hipótesis, etc., sino también como una forma específica de la actividad humana y social.
Debemos romper con algunas concepciones reproducccionistas del saber científico, que la presenta muchas veces como un instrumento que debe ser aplicado, como una herramienta. Esta visión nos impide el análisis crítico y hace que ignoremos los distintos intereses económicos, sociales y políticos, de aquellos que desarrollan, diseñan, financian y controlan la producción de saberes y la aplicación de estos en sus propios beneficios sin importar las consecuencias que pueden generar. Tal como lo analizamos en las distintas controversias que nuestro grupo pedagógico desarrolla en las clases que forman a estudiantes y docentes de la Argentina y el Cono Sur. Dan cuenta de ello algunos ejemplos que están en el análisis de los cultivos y el uso de los transgénicos, en el problema del agua, entre otros.
La tecnología como tal no es un producto supeditado a los caprichos de la ciencia, la producción es parte de la creatividad humana, del esfuerzo intelectual e involucra el conocimiento y las acciones del trabajo colectivo y colaborativo de los hombres, todo proceso de producción es por definición social, que no necesariamente tiene que ver con el conocimiento científico.
 El concepto de tecnología como tal está atravesado por prácticas sociales que involucran factores psicológicos, económicos, políticos, culturales, siempre atravesados e influenciados por intereses determinados y valores que pueden ser individuales y colectivos.
Podemos a esta altura de nuestro documento determinar una triple dimensión que hace al vínculo CIENCIA-TECNOLOGÍA-SOCIEDAD, estos son:
1-   Organizativo.
2-   Técnico.
3-   Ideológico y cultural.       
La tecnología como práctica social involucra formas de organización, gestión de recursos, empleo de objetos, todo esto integrado en un socio-sistema que establece vínculos, contradicciones y rupturas en el propio sistema. Entonces la tecnología se nos presenta como un concepto de saberes creados por los hombres a través de la historia para satisfacer las necesidades de la humanidad toda.
Un dato importante en ese recorrido histórico, la tecnología en sus orígenes se desarrollaba a partir de la técnica hoy en cambio es producto del desarrollo científico, con lo cual esa frontera entre ciencia y tecnología es cada vez menos marcada, menos nítida.
La correcta interpretación que podemos realizar de los conceptos de ciencia y tecnología, colocando su énfasis en su naturaleza social, nos permite comprender mejor los impactos ecológicos, ambientales, culturales, económicos, políticos y de todo tipo de orden que se dan a escala global, lo que permite atender y abordar las acciones y consecuencias que esto genera.
El siguiente gráfico es parte del recorrido de una clase en la formación de docentes y de estudiantes en pleno debate sobre cómo se realizan acciones que determinen en los formadores y futuros docentes elementos que transformen las prácticas de enseñanza. En la misma se muestra cómo interactúan en contexto los conceptos aquí desarrollados.
No hay que olvidar que el desarrollo de la ciencia en contexto implica adherir a marcos teóricos ideológicos y de enseñanza, donde el rol del otro es fundamental para comprender este proceso como un recorrido complejo y compartido.


El enfoque en el proceso de Enseñanza y Aprendizaje

Como todo este desarrollo nos interpela en nuestra tarea docente en el proceso de enseñar y aprender ciencia en la escuela y en los espacios de formación.
El enfoque CTS+V+A+ las disciplinas (matemática- física-química-biología-ciencias de la tierra, etc.) implica una transversalidad como se viene desarrollando en este documento por lo sociocultural de la propuesta implica dos cuestiones. Una primera cuestión es la construcción de un sujeto con valores humanísticos y ciudadano, con el lema que “el otro soy yo”. Por otra parte, centrar el aprendizaje en los conceptos sociales y culturales de la ciencia y la tecnología.
Nuestro enfoque sociocultural centra la atención en conceptos y elementos que no están dados por las asignaturas, pero que atraviesan todo el saber científico; como ya lo vengo diciendo y no es menor que se comprenda, ese saber y esos elementos hacen a la esfera política, ideológica y cultural lo que podemos colocar en la estructura y súper estructura de una sociedad ya que el dinamismo que la misma tiene no nos permite ubicarla en un solo lugar estáticamente, en reposo.
También las esferas ambientales o de la propia ciencia y ninguna de estas pueden ser comprendidas al margen de las demás.
Todas y cada una de estas esferas están íntimamente relacionadas, con lo cual si pensamos que en el laboratorio estamos en un lugar aséptico, no es así. Por lo tanto tampoco ocurre esto en las aulas. Ya no formamos a nuestros estudiantes para que desarrollen su vida en la escuela, sino que lo hacemos para que debatan y participen en su vida familiar, social y laboral facilitando y entregando categorías y formando capacidades para pensar científicamente y resolver problemas desde una cosmovisión polifacética de la vida en comunidad.
Esto generará ciudadanos capaces de adaptarse a los cambios que la vida nos presenta, buscar nuevas perspectivas y tomar decisiones acertadas con lo cual es de suma importancia marcar estos ejes de lo que debe pasarnos en el aula:
a)   Aprender a conocer.
b)   Aprender a hacer.
c)   Aprender a convivir.
d)   Aprender a ser.
Esta clave construirá ciudadanos participativos y comprometidos con su presente, curiosos de indagar y buscar respuestas que les permitan resolver controversias que se suelen generar alrededor de la ciencia y la tecnología en la sociedad actual en la que vivimos y como esto repercute desde lo local a lo global y viceversa.
Nuestra labor profesional docente, nuestro trabajo en las aulas está interpelado por unos elementos fundamentales que son: favorecer la formación humana por sobre todas las cosas; a la formación intelectual y cultural, a la formación ambiental, a la formación laboral, a la formación científica y tecnológica; sin segmentar ninguna de ellas, mostrando ese complejo entramado que nos relaciona.
Es en nuestra labor pedagógica y líquida de mostrar todo esto no como compartimento estanco, integrando se logra conformar en los estudiantes nuevos sentimientos, valores y cualidades humanas. No es esto una declaración y ya; es la construcción de este tipo de prácticas lo que genera la regularidad e historiza el saber adquirido.
Este proceso construye personalidad, genera independencia, transforma abulias y desinterés en perseverancia y flexibilidad lo que le da a ese sujeto que aprende autovaloración que impacta en su crecimiento individual conformando un corpus de ideas que estructuran el pensamiento científico en un contexto, con una realidad integrando a los componentes que la conforman y atendiendo a lo diverso y complejo de la misma, aceptando en ese recorrido los nuevos modos en los que se nos presenta el ser humano desarrollando sus roles en lo que es y lo que puede ser y sujetándose como sujetos a esta compleja realidad.
Es por todo esto que es IMPERIOSO en nuestra tarea docente de vincular conocimiento con la práctica, incluso pensar en las acciones futuras de esos conceptos si no vemos un correlato inmediato.
Estos son los elementos que potencian el aprendizaje significativo, le dan sentido a lo aprendido, apreciando en los contextos en los cuales actúa.
Es en estos contextos cuando podemos empezar a pensar que puede ocurrir algo con nuestros alumnos, también debe ocurrir algo en nosotros para generar no solo una transformación individual con nuestros estudiantes, también debe ser colectiva, desarrollando el pensamiento lógico, analógico y divergente, esto promueve trabajo y dá sentido a nuestra profesión, a nuestra tarea docente. 
Para cerrar este documento, es necesario poder conectar, la escuela con la vida- la teoría con la práctica, enriquecer la interacción entre los sujetos que la componen , propiciar el diálogo participativo y el intercambio de perspectivas diversas, buscando consensos y sociabilizando el conocimiento, los saberes, los modos de pensar y por sobre todas las cosas los valores y los ideales.

C a r l o s  A.  G r a n d e





















[1] Carlos A. Grande, es Licenciado en Gestión Educativa, Profesor de matemática y Coordinador Nacional de Desarrollo Profesional del Instituto Nacional de Formación Docente del Ministerio de Educación de la República Argentina. Dicta clases de Didáctica de la matemática, Historia de la matemática y de las ciencias en Institutos de formación y en Universidades.

lunes, 12 de enero de 2015

Profundizando elementos de nuestra pedagogía RELiPe

El grupo RELiPe, es un espacio de debate sobre la enseñanza y apropiación del conocimiento.
Somos un equipo de trabajo que está convencido que el conocimiento se construye a partir del planteo y resolución de problemas y/o controversias.

Este tipo de enfoque nos permite a partir de las controversias en los contextos locales pensar en secuencias del trabajo pedagógico. Esto es, tenemos problemas con el agua, los basurales, la minería a cielo abierto, los humedales, entre otras cuestiones, para lo cual la controversia y los contenidos a enseñar dialogan dialécticamente en la construcción de una nueva secuencia de trabajo.


Buscamos pensar desde aquí tres elementos que hacen a nuestra acción pedagógica emancipatoria.

En primer lugar, todo acto pedagógico es liberador, con lo cual construye un modo de ciudadanía, para nosotros participativa, activa en el devenir de las acciones que hacen al buen vivir de las personas.

En segundo lugar, la controversia es la excusa para pensar la historia, la física, la química y cualquier disciplina que construya sujetos protagonistas de su presente. El debate sobre el conocimiento de una disciplina cobra sentido en tanto y en cuanto su construcción sea en contexto a partir de situaciones problemáticas significativas para quien las transita, donde la producción de conocimiento hace activos a todos los sujetos que participen de él.

Por último, en tercer lugar este enfoque de la enseñanza es revolucionario en tanto que pone a todos en lugares diferentes en la acción de la enseñanza y los aprendizajes, no hay un lugar para el saber y su transmisión y otro para quien recibe ese conocimiento, ya no la linealidad de la comunicación y el leguaje que  presenta actores emisores y receptores, todos somos ambas cosas en el mismo momento, esta complejidad de la realidad discursiva y pedagógica, entrelazada con nuevas formas de comunicación digital implica transformar prácticas que empiecen a preguntarse cuáles son estas formas de la comunicación que establecen los puentes necesarios para construir la nueva escuela del siglo XXI.

RELiPe es un lugar donde docentes y estudiantes de nuestro planeta pueden discutir las problemáticas de la enseñanza y poner en tensión los modos de apropiación de un saber.
RELiPe es el espacio que se construye con otros, que define políticas y comprende que los aprendizajes son construcciones complejas que nos debaten permanentemente entre lo que fuimos, lo que somos y lo que queremos ser.

Por eso como dice nuestro decálogo, tomando las palabras de San Martín nuestro norte en la brújula ciudadana, “seamos libres que lo demás no importa nada” expresa la mejor síntesis de nuestro combate en la batalla cultural.
 

Carlos A Grande